En este viaje que emprendi con los mandalas a las profundidades del ser, el cual ustedes pueden seguir a través de esta ventana llamada, blog, es imprescindible el acercamiento a Carl Gustav Jung, pues él encontró y se dio a la tarea de explicarse y de explicarnos la connotación sagrada de estos símbolos. Le expreso mis agradecimientos a la Fundación Carl Jung de Barcelona por presentarnos en su blog este material tan valioso, del cual transcribo textualmente algunos apartes:
“C.G. Jung
investigó durante muchos años sobre el símbolo del Mandala,
acumulando gran cantidad de observaciones que le llevaron a la conclusión de
que un Mandala es una representación o imagen
arquetípica que representa la totalidad del alma humana expresada míticamente,
es decir, simbolizaría el fenómeno de la divinidad encarnada en el hombre.
Carl Gustav Jung (Kesswil, Suiza 26 de julio de 1875 - Kusnacht, 6 de junio de 1961) fue un médico siquiatra, sicólogo y ensayista, figura clave en la
etapa inicial del sicoanálisis posteriormente, fundador de la escuela de sicología analítica, también llamada psicología de los complejos y psicología
profunda. Se lo relaciona a menudo con Sigmund Freud de quien
fuera colaborador en sus comienzos. Jung fue un pionero de la Sicología Profunda y uno de los estudiosos de esta disciplina más ampliamente
leídos en el siglo XX. (Wikipedia)
El Mandala como símbolo transformador de la energía
psíquica es una representación del arquetipo del Sí-mismo, (arquetipo de unidad o totalidad) que permanece vivo en la psique
humana desde el inicio de la humanidad. La palabra Mandala en sánscrito significa “circulo mágico”. Al remitir a un arquetipo trasciende todas las diferencias
históricas y culturales. El Mandala permanece
como símbolo vivo. Es una
representación del anhelo de unidad, de carácter universal, que permite entrar
en contacto con el proceso de Individuación o integración de todos los aspectos
de la personalidad.
Durante el proceso
de construcción y coloreado de un mandala se remite, inconscientemente, al contacto
con dicha resonancia arquetípica. El Mandala representa con nitidez, el anhelo humano
de vínculo entre lo humano y lo trascendente y al mismo tiempo expresa el
carácter primordial del hombre y su intuición de lo "divino".
Dice Jung: "El término «mándala»
porque esta voz define el círculo ritual o mágico que se usa particularmente en
el lamaísmo y después también en el yoga tántrico como yantra, como instrumento de la contemplación.
En su uso del
culto, los mándalas orientales son figuras establecidas tradicionalmente que no
sólo se pintan o dibujan, sino que reciben también forma corporal y,
ciertamente, en fiestas especiales".
![]() |
His Holiness the Dalai Lama begins the process of dismantling the Kalachakra Sand Mandala as part of the 33rd Kalachakara Empowerment in Leh, Ladakh, J&K, India on July 16, 2014. Photo/Manuel Bauer |
Continúa diciendo
Jung, "Para mí está
fuera de toda duda que, en Oriente, estos símbolos han surgido originariamente
de sueños y visiones y que no han sido inventados por ningún padre de la
Iglesia mahayana. Al contrario,
pertenecen al campo de los símbolos más antiguos de la Humanidad y quizá se
tropiece con ellos ya en el Paleolítico. También están extendidos por el mundo
entero.”
"Sólo
paulatinamente comprendí lo que realmente es el mandala:
“Formación- transformación, el eterno pasatiempo del sentido eterno”. Y esto es
la individualidad, la integridad de la personalidad, que, cuando todo va bien,
es armónica, pero que no soporta autodecepción alguna. C.G.Jung”
No hay comentarios:
Publicar un comentario